Con el reciente lanzamiento de celulares de marcas ya asentadas y otras nuevas en el país, es increíble la cantidad de opciones de móviles que se han visto en los últimos años en Colombia.
Cabe recordar que antaño, existían en el mercado dos o tres marcas dominantes y las de origen desconocido era ingresadas de manera ilegal desconfiándose de su procedencia, y por ende de su calidad.
En uno de estos lanzamientos un grupo de periodistas, y como un ejercicio práctico mientras empezaba el evento, hicimos una lista de cuantas marcas de celulares, que recordáramos, teníamos presente que había en el país.
Y como resultado de dicho ejercicio, se hallaron 26 marcas, eso sin contar con los modelos de cada una, pueden ser fácilmente encontradas en almacenes de cadena y centros especializados.
Obvio deben existir muchas más que se escaparon en ese preciso instante, lo cierto es que ahora el usuario está en la capacidad de elegir cual de esos celulares se adapta a sus necesidades particulares y a su presupuesto, lo cual sin duda existirá el perfecto para cada persona.
No todo lo que brilla es oro
Pero existe otra cara de la moneda; a quienes tal cantidad de opciones abruma, intimida y puede que hasta que lo haga desistir de la búsqueda del móvil perfecto y se decante por las marcas de siempre y las que están grabadas en su mente como sinónimo de calidad y no necesariamente las más económicas.
Por último, cabe destacar que muy pocas marcas de celulares traen un diferenciador que hagan suspirar a los usuarios, si bien es cierto la carrera está en la mejor cámara, la batería más duradera, la carga más rápida o el color con un apellido diferente o directamente con un nombre diferente al que aprendimos en la escuela, por regla general casi siempre nos vamos con la sensación de estar frente ya a estándares establecidos de la industria
Y esto no es para nada malo, pero esta carrera es la que vemos hace ya más de una década y de corazón espero que cambie y pronto me dejen con la boca abierta por un diferenciador que si me haga querer decir “¡Por favor, ya toma mi dinero!”.