Es común recibir llamadas desde números nacionales o internacionales, y al contestar, nos encontramos con que no hay nadie al otro lado o que la llamada se corta inmediatamente. Este fenómeno tiene un nombre: Robocalling o robollamadas.
Esta técnica forma parte del spam telefónico, ya que, en la mayorÃa de los casos, se utiliza con fines publicitarios y, a menudo, sin nuestro consentimiento.
El robocalling no solo se limita a intentos de ventas, que aunque molestos, no son el mayor problema. Esta técnica también es empleada por estafadores para identificar posibles vÃctimas. Su funcionamiento es sencillo pero efectivo: un software es programado con una lista de números telefónicos obtenidos de bases de datos, que pueden ser adquiridas o recopiladas a través de diversas fuentes, como encuestas. Una vez iniciado el proceso, el programa realiza llamadas automáticas.
Cuando la llamada es contestada, generalmente no hay una persona real al otro lado, ya que la llamada fue realizada por una máquina.
En algunos casos, si el software detecta que la llamada ha sido atendida, puede activar una grabación con un mensaje pregrabado o transferir la llamada a un agente real, quien intentará iniciar el proceso de venta o estafa. Aunque podrÃa parecer que esta técnica es reciente, lo cierto es que se ha utilizado desde los años 90, especialmente para comprobar la actividad de los números telefónicos y actualizar las bases de datos.
El robocalling también es frecuentemente utilizado en campañas polÃticas, donde los candidatos lo emplean para contactar a posibles votantes de manera indiscriminada, sin tener en cuenta las preferencias polÃticas de los destinatarios.
Aunque el robocalling no es ilegal en sà mismo, los fines para los que se utiliza pueden ser problemáticos, especialmente en casos de estafa. En paÃses como Colombia, muchas de estas llamadas provienen de internos en cárceles, quienes operan sofisticadas redes de extorsión y fraude.
En Colombia, no existe una regulación especÃfica que prohÃba el robocalling, lo que dificulta su control. Sin embargo, los usuarios pueden protegerse utilizando aplicaciones o funcionalidades de sus teléfonos para bloquear estos números, y siendo cautelosos con las llamadas provenientes de números desconocidos o muy largos, que suelen ser internacionales.
La mejor manera de prevenir este tipo de llamadas es evitar que nuestros números telefónicos sean públicos. No debemos compartirlos en encuestas callejeras o a través de medios poco confiables. Aunque esto no garantiza que dejaremos de recibir robollamadas, sà puede dificultar que nuestro número sea incluido en estas bases de datos.