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¿Qué es la seguridad energética y por qué podría estar en riesgo en Colombia?

7 mayo, 2025
El más reciente apagón energético ocurrido en la península ibérica pone de presente la importancia de contar con un sistema energético robusto y balanceado que permita sostener la estabilidad del servicio.

La seguridad energética, que es la capacidad de un país para garantizar un suministro continuo, suficiente y asequible de energía, minimizando riesgos de interrupciones o crisis, está a prueba en el mundo. El reciente apagón de energía en España y parte de Portugal y Francia demuestra que los sistemas son sensibles y pueden verse afectados por riesgos extraordinarios.

Aunque aún no se ha establecido con certeza la causa principal que provocó el apagón, son varias las teorías que circulan al respecto. Algunos expertos han señalado las posibilidades de un ciberataque y un fenómeno natural conocido como una vibración atmosférica.

La teoría que más fuerza ha tomado señala que el sistema estaba funcionando soportado en más del 60% por energía solar, y con poco respaldo de generación convencional (hidráulica, térmica). Al sobrecargarse por la alta generación de fuentes solares, el sistema se desacelera y se apaga en cuestión de segundos, pues se activan los mecanismos de autoprotección que empiezan a desconectar la red, generando un apagón.

Esto sucede porque la generación de fuentes renovables no convencionales no cuenta con mecanismos de control que le permiten mantener la inercia en el proceso de generación. Para el caso de las fuentes convencionales, la inercia se logra controlar gracias al sistema de rotor que actúa generando resistencia en el sistema frente a cambios bruscos en la frecuencia, protegiéndolo de las fluctuaciones o posibles afectaciones, brindando equilibrio entre la generación y la demanda.

España tiene un sistema que genera energía desde 10 fuentes, en su mayoría Renovables No Convencionales, esto es cerca de un 65% (eólica 25%, solar 15%, nuclear 22%, otras FNCER 3%). El lunes 28 el sistema estaba sobrecargado generando con energía solar, lo que llevó a una descompensación que de inmediato afectó la frecuencia que se debe mantener en 50Hz, haciendo que se empezaran a apagar las centrales para autoprotegerse, formando un efecto dominó que en 5 segundos provocó la caída de todo el sistema.

“La causa más probable del apagón es una combinación de fallo físico en infraestructuras críticas (líneas de alta tensión o interconexiones) y un desequilibrio de frecuencia que los mecanismos automáticos no pueden corregir a tiempo” señaló en sus redes el profesor e investigador de la Universidad Rey Juan Carlos, Eloy Sanz.

El investigador sugiere que estos fenómenos pueden presentarse cuando gran parte del sistema depende de fuentes que no aportan sincronía, como lo es el caso de la energía solar o eólica, pues su funcionamiento es diferente a la generación convencional (hidráulica, térmica). “Un desequilibrio brusco de la generación, puede desestabilizar la frecuencia de la red (50 Hz), lo que puede desencadenar problemas en generación y transporte asociados y que se transmitan como por efecto dominó. El sistema puede entrar en apagón parcial o total”.

La generación con FNCER tiene como riesgos su alta dependencia de los factores climáticos, lo cual las hace vulnerables frente a este tipo de emergencias. Según algunos expertos españoles lo ocurrido demuestra que aun cuando el sistema tiene una matriz con múltiples fuentes de generación, la generación con FNCER sigue siendo frágil por cuanto sus mecanismos no logran mantener las frecuencias en un mismo nivel, para lograr una sincronía en su máximo rendimiento.

Desafíos del sistema energético en Colombia
Las fuentes renovables no convencionales en el país aportan actualmente cerca de un 10% de la capacidad de generación total, el apagón ocurrido en la península ibérica pone de presente la fragilidad de un sistema basado solo en renovables no convencionales (eólica, solar, biomasa, entre otras).

Para el caso colombiano, la matriz energética está conformada en su mayoría por fuentes renovables como la hidráulica, 66,4%, mientras que cerca de un 30% es aportado por la generación térmica (gas, carbón y combustibles líquidos), de acuerdo con datos XM a julio de 2024.
En cuanto al consumo, la demanda de energía alcanzó en 2024 los 82.084,9 GWh, con un aumento del 2,3% respecto al año anterior. Para 2025, se proyecta una demanda de 90.271 GWh en un escenario medio, con una potencia máxima estimada de 12.926 MW.

A pesar de que el sistema ha logrado responder a los fenómenos climáticos y otras problemáticas, gracias al soporte brindado por la generación térmica que, durante los fenómenos del Niño, llega a producir el 50% de la energía del país, es un hecho que el sector enfrenta hoy múltiples desafíos que afectan su estabilidad:

• Excluir el desarrollo de fuentes de respaldo y basar la generación sólo en fuentes no convencionales: En los últimos años se ha planteado fortalecer la generación solo con Fuentes Renovables No Convencionales (FNCER), dejando de lado las fuentes convencionales, que son las que actualmente se activan como soporte y respaldo del sistema en tiempos de crisis (hidráulicas y térmicas). Esta exclusión se da incluso cuando el panorama de los proyectos de FNCER es incierto por las dificultades que enfrentan muchos de ellos para su desarrollo, sumado a la falta de capacidades técnicas para lograr una efectiva interconexión al sistema.

• Déficit de gas natural: Colombia enfrenta un déficit de gas natural estimado entre el 5% y el 10% para 2025, debido a la falta de nuevos hallazgos de reservas y retrasos en proyectos clave. Esto ha llevado a que las empresas importen el combustible, y por consiguiente a un aumento del 36% en el precio del gas, impactando tanto a hogares como a sectores industriales. Esto también impactará los precios en materia de generación de energía pues un 15% del sistema de generación depende de este combustible.

• Crisis financiera del sector: La deuda estatal en subsidios a la energía supera los 7 billones de pesos, afectando la liquidez de las empresas distribuidoras y comercializadoras. Además, la opción tarifaria implementada durante la pandemia generó una deuda adicional de 4,5 billones de pesos, sin una solución clara a corto plazo.

• Regulación y gobernanza: La falta de una Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) plenamente conformada ha generado incertidumbre en el sector, dificultando la implementación de políticas y regulaciones necesarias para enfrentar los desafíos actuales.

Esto plantea la urgente necesidad de repensar el sistema y fortalecer la infraestructura invirtiendo en proyectos de transmisión y distribución para mejorar su resiliencia, estabilizar el marco regulatorio y garantizarle a las empresas la sostenibilidad financiera con el fin de que puedan seguir manteniendo sus capacidades en pro de la generación de energía para todos los colombianos.