Estamos ante un periodo de intenso miedo y zozobra, en el cual el futuro no se ha podido ni siquiera vislumbrar, y es sencillamente porque ni los más osados pensadores se atreven a dar su opinión; y es en este momento donde las noticias falsas pueden llegar incluso a ser peor que el mismo coronavirus.
Las noticias falsas, o Fake News como quieren llamarlos algunos eruditos, se están esparciendo a mayor velocidad que el mismo virus, lo cual impacta de manera dramática en muchas personas, no solamente en las más sensibles o educadas.
Y más aún, en plena era de la información, las redes sociales se han encargado de maximizar dichas noticias falsas, cayendo en manos de personas que las reenvían, tal vez con la mejor intención del mundo, pero sin alcanzar a determinar el daño que pueden llegar a ocasionar.
Dentro de las múltiples noticias que se riegan por la red, están desde las posibles curas para el coronavirus basadas en la alcalinidad de algunas frutas, hasta teorías que dictan que estamos ante una conspiración por parte de los gobiernos para imponer un nuevo orden mundial.
Sin embargo, existe una variedad de estas noticias falsas que impactan directamente a las personas, se trata de aquellos que prometen mercados, dinero, minutos, celulares o gigas, las cuales llegan a muchas personas que, al tratar de obtener dichos recursos, son presa de una cruel broma, en algunos casos llegando a poner en riesgo su economía, o incluso llegar a verse involucrados en un delito.
Lo cierto es que muchas personas pueden ser focos de noticias falsas, incluso de manera inocente, esto funciona igual que el antiguo juego del “teléfono roto”, en donde una información es pasada de persona a persona, y cada una de esas personas, quita, mutila o cambia algo de la información y cuando esta llega a usuarios finales, la información está tan editada, que termina siendo una manipulación tal que puede incluso ser razonable y puede incluir fuentes y personas reales cuya opinión fue tergiversada.
Eso cuando la gente no solo copia y pega la información, e incluso en muchas ocasiones solo lee las primeras líneas o solo el título, y aún así lo envía, lo cual es mucho peor.
El arte de descubrir noticias falsas
Bueno, no es necesariamente un arte, sino una serie de recomendaciones para evitar caer en noticias falsas y tratar de mitigar un poco la pandemia de desinformación que aqueja al mundo.
- Verificar la fecha de publicación, hace poco descubrí a alguien asustado porque el personal de la salud iba a iniciar un paro indefinido, y para apoyar su información, daba el link de una noticia real de un importante periódico, con fecha de 1998…
- Cerciorarse que la noticia esté en medios serios, ya sea televisión o periódicos, (o lo que es lo mismo verificar fuentes) de no ser así de seguro estamos ante un bulo, aunque digan que es algo que las élites están escondiendo.
- Desconfiar si genera un impacto muy grande, por lo general las noticias falsas apelan a emociones, como enojo, angustia o terror, ya que esa es definitivamente una de las motivaciones para que se difundan.
- Ser consciente que aun cuando lo diga una persona influyente, un actor o un político, no necesariamente significa que sea la verdad absoluta, muchas veces estas personas por el afán de figurar o de dañar, en ocasiones no miden las consecuencias de sus publicaciones.
Como vemos, es necesario el autocontrol en tiempo de chat y redes sociales, es mejor ser cauto, antes que tener que rectificar o quedar mal frente a amigos o no conocidos.