La industria aeroespacial se ha convertido en una opción de carrera con alta demanda, pues, debido a su constante crecimiento, se perfila como un peldaño importante en la economía del futuro. A nivel mundial, los países están invirtiendo más recursos en la creación de centros y laboratorios de investigación, con el fin, de desarrollar tecnologías que faciliten la creación y el lanzamiento de satélites, cohetes y naves espaciales que permitan investigar y conocer más sobre el cosmos.
Los recursos que alcanzó esta industria en 2016, llegaron a los 329.000 millones de dólares y, según un pronóstico del Bank of America Merrill Lynch, se espera que para 2035 este número ascienda a los 3 trillones de dólares. En este proceso, la participación de diferentes compañías privadas, así como de empresarios como Elon Musk y Jeff Bezos, fundadores de Tesla y Amazon, se ha hecho latente. Estas dos mentes, por ejemplo, dirigen dos de los centros de tecnología aeroespacial más importantes del mundo donde se emplean naves Falcon 9 para llevar suministros a las estaciones espaciales y se trabaja en la creación de cohetes de última generación como el New Shepard y el New Glenn.
Bajo estas cifras de crecimiento, aunque la demanda de profesionales en esta área ha tenido un incremento sustancial en los últimos años, la industria está en constante búsqueda de talento experto. Según un estudio de la firma especialista en servicios de alta tecnología y marketing, ACNielsen, actualmente hay una escasez no solo de ingenieros senior, sino también de trabajadores con habilidades interpersonales claves como resolución de problemas, pensamiento crítico, comunicación y colaboración. De allí que la nueva generación de empresas espaciales privadas estén compitiendo por reclutar desde científicos, ingenieros y técnicos, hasta expertos en derecho espacial y medicina espacial.
En el escenario latinoamericano, desde hace un par de años los programas académicos espaciales han tenido mayor acogida en países como Chile y Argentina, que ofertan pregrados en, por ejemplo, astronomía o ingeniería espacial. Recientemente, Colombia se unió a esta tendencia que hoy se puede empalmar con en el nuevo protagonista de la escena espacial: Nueva Zelanda, un destino que cuenta con una serie de programas académicos de educación superior para que los interesados complementen y fortalezcan las habilidades que les permitirán dar un salto definitivo hacia la industria aeroespacial.