Rubén Altamirano, Agile Organizations & Tribes Manager de KIBERNUM
Este mes se cumplen 23 años desde la creación del Manifiesto Ágil, escrito que proporciona los fundamentos, principios y valores de esta filosofía.
En el 2023 KIBERNUM instauramos las denominadas «Tribus”, equipos de trabajo multidisciplinarios, más compactos y autónomos, cuyo objetivo es entregar mejores soluciones en tiempo récord a los desafíos que tienen nuestros clientes. Principalmente, con estos equipos, buscamos trabajar la transformación radical de la mentalidad con que se abordan las acciones, para impulsar, acompañar y acercar una mayor colaboración y adaptabilidad que conduzca a encontrar nuevas e innovadoras formas de enfrentar los desafíos.
¿Por qué optamos por este camino?, la respuesta radica en que somos una empresa global de tecnología que está conviviendo con un mercado en constante cambio. Actualmente estamos presentes en Chile, USA, Colombia y Perú y con la disrupción en el uso cotidiano de herramientas como la Inteligencia Artificial y la necesidad de entregar una experiencia personalizada a cada uno de los más de 150 clientes con los que actualmente colaboramos.
Cabe destacar que ésta no es una estrategia exclusiva de las empresas tecnológicas, a pesar de que éstas se encuentran más familiarizadas con el concepto, ni de algún tipo de rubro en específico. Más bien, depende de la cultura organizacional, ya que su aplicación puede extrapolarse a diversos sectores, como lo es el marketing, por ejemplo.
Sin embargo, este camino no está exento de obstáculos. Transformar la cultura organizacional es un proceso gradual que demanda tiempo y una disposición total al cambio. Muchas empresas podrían no estar preparadas para adoptar este «mindset», ya que implica un giro radical en la jerarquía organizacional, priorizando a los equipos que interactúan directamente con los clientes y ésta es una dificultad que aún muchas empresas no logran superar.
Aquí resulta muy importante decir que aquellas compañías que no estén dispuestas a reorganizar sus prioridades corren el riesgo de quedar rezagadas. No es sólo un cambio en la jerarquía “per se”, ya que los gerentes pueden seguir desempeñando su rol, pero es crucial que se comience a girar en torno a las manos de quienes materializan el producto final, en lugar de centrarse exclusivamente en la cabeza directiva.
Por otra parte, no hay que pensar la agilidad como una receta que se pueda copiar de una empresa a otra, sino más bien como un viaje y principalmente, como un cambio de mentalidad en las personas de la organización. No es imitar lo que funciona, sino de que cada empresa identifique sus necesidades, implemente cambios y aplique la metodología existente que más se adapte a ella, o incluso podrían crear una nueva, que permita una adaptación o evolución constante, requisitos esenciales en el entorno empresarial actual.