
Las disputas entre magnates suelen quedarse en el terreno de los egos, pero la pelea entre Elon Musk y Donald Trump ha escalado hasta impactar de forma directa las bolsas mundiales. Y es que esta guerra de titanes ya ha provocado una pérdida de capitalización bursátil de más de 100.000 millones de dólares, especialmente para Tesla.
Durante la administración anterior, Elon Musk fue una figura clave en la victoria de Trump, al punto de formar parte del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Sin embargo, esa buena relación quedó en el pasado.
El primer golpe vino de Trump, quien declaró estar “muy decepcionado” por las recientes críticas del CEO de Tesla al nuevo proyecto de ley fiscal impulsado por su gobierno.
La respuesta de Musk no se hizo esperar. Aseguró públicamente haber sido un factor decisivo en la llegada de Trump a la Casa Blanca. En represalia, el exmandatario lanzó una dura acusación a través de su red Truth Social, afirmando que la forma más sencilla de ahorrar miles de millones de dólares del presupuesto federal sería eliminar subsidios y contratos gubernamentales otorgados a las empresas de Musk.
Este comentario fue un ataque directo al corazón financiero de Elon Musk, cuyas compañías, especialmente SpaceX y Tesla, mantienen más de 100 contratos con unas 17 agencias federales, por un valor que ronda los 3.000 millones de dólares.
Pero lo más grave vino después: Musk aseguró que Trump estaba en los archivos del infame Jeffrey Epstein, una acusación gravísima que escaló el conflicto a niveles personales y legales. Tras esta declaración, las acciones de Tesla cayeron un 14,26%, lo que se tradujo en una pérdida bursátil superior a los 100.000 millones de dólares, generando pánico entre los inversionistas.
La confrontación entre Elon Musk y Donald Trump está lejos de terminar, y todo indica que esta guerra no solo afectará a sus imperios personales, sino que podría tener repercusiones económicas y políticas a nivel global.