Hace 66 millones de años, un asteroide provocó la extinción masiva de los dinosaurios. Este cuerpo celeste, conocido como el impactador de Chicxulub, dejó un cráter de 145 kilómetros en lo que hoy es México. Investigaciones recientes sugieren que el asteroide provino del cinturón de asteroides que se encuentra entre Marte y Júpiter.
El elemento clave en este hallazgo es el rutenio, un metal raro cuya composición es similar a la de los asteroides que orbitan en esa región del sistema solar. Este rastro químico, que se ha mantenido estable durante miles de millones de años, ha sido detectado en muestras del impactador de Chicxulub gracias a avanzadas técnicas de análisis químico.
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Los científicos han comparado estos resultados con muestras de otros sitios de impacto en Sudáfrica, Canadá y Rusia. La coincidencia de las firmas químicas del rutenio sugiere que el impactador de Chicxulub tiene un origen en el sistema solar exterior, probablemente desplazado hacia la Tierra debido a colisiones o la influencia gravitacional de planetas gigantes como Júpiter.
Este descubrimiento refuerza la teoría de que el asteroide que acabó con los dinosaurios se originó en el cinturón de asteroides, arrojando nueva luz sobre los eventos que llevaron a una de las extinciones más importantes en la historia del planeta.