
El anuncio de Donald Trump sobre la imposición de aranceles del 10% ha desencadenado una caída global en las bolsas de valores. Este fenómeno no solo muestra la importante conexión de los mercados internacionales, sino que pone de manifiesto cómo la política afecta la economía mundial
Cuando las bolsas de valores se desploman, como ocurrió el 7 de abril tras las declaraciones de Trump, el mundo entero siente el impacto. El dicho “Cuando Estados Unidos estornuda, el mundo se resfría” nunca fue más adecuado. Desde el sudeste asiático hasta los mercados occidentales, las pérdidas fueron generalizadas. En Singapur, la bolsa cayó más de un 7%, lo que reflejó el nerviosismo global. Hong Kong y Taiwán no estuvieron exentos, con pérdidas que superaron el 9% en sus índices más representativos.
El principal causante de este desplome es el temor a una guerra comercial. Cuando Trump anunció aranceles adicionales, China respondió con medidas similares, y los inversionistas empezaron a prever los efectos a largo plazo. Las bolsas de Shanghái y Taiwán reflejaron este temor con caídas significativas, y en Australia, la bolsa de Sídney no fue la excepción, con una caída del 6% en el índice S&P/ASX 200.
Pero tambien las bolsas de Estados Unidos también estuvieron nerviosas. Los contratos de futuros para los principales índices de Wall Street mostraron fuertes caídas, lo que apuntaba a una jornada difícil para los mercados norteamericanos.
Este desplome en las bolsas refleja una relación directa entre las políticas comerciales de grandes economías, como Estados Unidos, y los mercados globales. En la era de la globalización, una medida como la imposición de aranceles puede crear un efecto dominó que sacude no solo las bolsas, sino también la confianza de los inversionistas.
Como podemos ver, las bolsas de valores en el mundo, son muy sensibles a la política internacional, y vemos como las decisiones del presidente de la principal potencia mundial puede afectar al planeta en el plano económico.