
Un nuevo visitante cósmico ha encendido las alertas de la comunidad cientÃfica: el asteroide 2024 YR4, recientemente redimensionado por la NASA, resulta ser más grande de lo estimado al principio. Pero todo indica que no chocará contra la Tierra. Al menos, no en 2032.
Este objeto celeste fue descubierto el 27 de diciembre de 2024 gracias a ATLAS, el sistema de alerta temprana de impacto de asteroides, en sus bases de Hawái y Chile. Aunque al principio no parecÃa representar una amenaza, la historia cambió con los últimos datos proporcionados por el telescopio espacial James Webb, que revolucionaron nuestra comprensión del asteroide.
¿Qué reveló el James Webb?
Gracias a su visión infrarroja de alta precisión, el Webb permitió estimar que el diámetro del asteroide oscila entre 53 y 67 metros, similar a un edificio de 10 pisos. Estas cifras son mucho más fiables que las obtenidas mediante telescopios ópticos desde la Tierra, que manejaban un rango de entre 40 y 90 metros, pero con márgenes de error altos.
Inicialmente, se manejaba una baja probabilidad de impacto con la Tierra para el 22 de diciembre de 2032. Sin embargo, esta posibilidad se ha reducido a un insignificante 0,004%. Donde sà se encendieron las alarmas es con la Luna, nuestro satélite, ya que las nuevas proyecciones elevan la probabilidad de impacto lunar al 3,8%, casi el doble de lo pensado antes.
¿Qué pasarÃa si 2024 YR4 impacta a la luna?
Aunque no supone una amenaza directa para la humanidad, un choque de esta magnitud podrÃa generar un nuevo cráter en la Luna, levantar polvo lunar al espacio e incluso afectar levemente las mareas terrestres. Además, este tipo de eventos son una mina de oro cientÃfica para estudiar impactos de cuerpos sin atmósfera y evaluar la dinámica de colisiones cósmicas.
La NASA ha clasificado a 2024 YR4 como un asteroide potencialmente peligroso, no por una amenaza inmediata, sino por su tamaño y su paso relativamente cercano en términos astronómicos. En un escenario hipotético de impacto con la Tierra, la energÃa liberada serÃa comparable a la de varias bombas nucleares, con capacidad de borrar una ciudad del mapa.
Por ahora, podemos estar tranquilos. Pero, como buenos geeks del espacio, seguiremos con atención cada bit de información que llegue desde el cosmos.