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De la optimización a la conectividad

8 octubre, 2019

Desde la aparición de los computadores en el ámbito académico en 1950, el software CAD ha tenido un gran impacto en la industria de la arquitectura. Esto creció exponencialmente en la década de los ochenta, después de la introducción de los computadores personales. En los comienzos de CAD, herramientas como AutoCAD dieron comienzo a la Era de la Documentación. Autodesk le cuenta cómo fue el proceso de la optimización a la conectividad.

Las primeras herramientas informáticas que los diseñadores de arquitectura adoptaron ampliamente, fueron versiones informatizadas de las herramientas tradicionales de dibujo y renderización. El software, los datos y los trazadores sustituyeron las láminas de Mylar de plástico y plomo y a las mesas de dibujo. Si bien les daban a los diseñadores la posibilidad de producir dibujos técnicos mucho más rápido que con los métodos tradicionales, no cambiaban demasiado el proceso de diseño. Luego, los ingenieros y los arquitectos buscaron maneras de combinar los modelos que creaban con los dibujos técnicos basados en formatos 3D. Así, se produjo la transición de CAD al modelado 3D.

Dos décadas después, surge la adopción generalizada de BIM, una nueva tecnología que aplica informática para representar artefactos generados en tres dimensiones con el  fin de simular el comportamiento que tendrán sus contrapartes físicas una vez construidas. Ofrece una base fundamental que ayuda a los diseñadores, constructores y propietarios a obtener ventajas competitivas con una mayor capacidad de acceso a enormes cantidades de información a lo largo del ciclo de vida de los edificios y la infraestructura.

BIM está borrando los límites entre el procesamiento digital y los sistemas físicos, lo que acerca cada vez más a las fases de diseño y de construcción de los proyectos. El desafío más grande de la metodología es que representa un cambio radical para la tradición historia de la construcción convirtiéndose en un reto que las empresas den este paso. 

La representación y la comunicación a través de dibujos 2D dan lugar a bases de datos en las que los dibujos son un resultado y no el propósito de las herramientas. Estas bases de datos, ricas en información accesible, posibilitan la representación y el análisis de un diseño a medida que se desarrolla. Esto le permite a los arquitectos e ingenieros evaluar y optimizar componentes de un proyecto, como el área, la estructura o el movimiento del aire. La información disponible en un modelo digital robusto está respaldada por herramientas analíticas que evalúan el diseño en proceso.

Es así como se puede ver la transición desde la era de la optimización y la llegada de una nueva generación de herramientas hacia la conectividad. En esta, surge una convergencia de representación robusta por medio de BIM y se fusiona con la computación disponible para todos por medio de la nube. Si bien históricamente el enfoque de BIM ha sido el modelado, ahora hay un cambio repentino del enfoque hacia la información. Este nuevo foco y la capacidad cada vez mayor para compartir la información, permiten que los equipos de proyectos trabajen juntos en formas que antes no eran posibles.

Los procesos de BIM interconectados y habilitados para la nube, o «BIM conectado», comienzan a desplazar a «CAD interoperable» como la plataforma para administrar y optimizar el paso del diseño a la construcción. Si bien es posible que los dibujos nunca desaparezcan del todo del proceso de diseño y construcción, al menos no en el corto plazo, un proceso de BIM conectado genera dibujos de proyectos ampliamente mejorados como resultado de un esquema integrado de modelos, herramientas analíticas, datos masivos e infraestructura de colaboración. Esta constelación interconectada de tecnologías informáticas trae consigo un nuevo conjunto de flujos de trabajo y capacidades.