
Por: David Parra, Sales Consultant – Electronic security de Johnson Controls
En una Colombia marcada por altos niveles de inseguridad en muchas de sus ciudades, la búsqueda de soluciones eficaces y sostenibles es una prioridad para gobiernos locales, empresas y ciudadanos.
En este contexto, el concepto de «ciudad inteligente» ha cobrado relevancia como una alternativa innovadora que va más allá de la eficiencia energética o la planificación urbana: se trata también de construir entornos más seguros para la ciudadanÃa.
A través de la integración de tecnologÃas como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas (IoT), el big data y la automatización de sistemas, estas ciudades pueden convertirse en verdaderos escudos digitales frente a la delincuencia.
De vigilancia pasiva a prevención inteligente
Las ciudades inteligentes no solo reaccionan ante un crimen, sino que anticipan situaciones de riesgo mediante herramientas tecnológicas. Este es el enfoque que promueve Johnson Controls, empresa que ofrece soluciones de seguridad electrónica avanzadas, incluyendo cámaras con analÃtica de video embebida que permiten realizar seguimientos automáticos de personas y vehÃculos, detectar objetos abandonados —potencialmente peligrosos— y alertar ante aglomeraciones inusuales en lugares públicos.
Esta tecnologÃa se basa en algoritmos que procesan imágenes en tiempo real para generar alertas automáticas, lo cual permite una intervención rápida por parte de las autoridades. Mediante sus cámaras con analÃticas embebidas y software de gestión de video, Johnson Controls permite una detección de eventos eficaz que puede ayudar a las autoridades a obtener búsquedas forenses y registros contundentes que ayuden a disminuir la inseguridad de nuestras ciudades.
Otro aspecto clave es el reconocimiento facial que, cuando está vinculado con bases de datos de las autoridades, puede contribuir a la identificación de personas buscadas por la justicia. De forma similar, el reconocimiento de placas vehiculares permite rastrear automóviles relacionados con actividades ilÃcitas, aplicar comparendos y generar advertencias preventivas.
Además, la integración entre sistemas de video y audio permite una interacción directa con la ciudadanÃa: por ejemplo, si un operador de monitoreo detecta una conducta indebida, puede emitir una advertencia a través de parlantes conectados a las cámaras. Esta disuasión inmediata puede evitar que una infracción escale a un hecho delictivo.
Una plataforma de gestión integral
La propuesta de Johnson Controls va más allá del monitoreo visual. Sus sistemas pueden integrarse con múltiples dispositivos a través de protocolos como Bacnet o Modbus, que permiten crear una plataforma de gestión unificada. Esto hace posible que los centros de control de seguridad ciudadana —las estaciones de monitoreo— cuenten con una visión integral de lo que sucede en diversos puntos crÃticos de la ciudad.
Estos sistemas también se extienden a la automatización de edificios inteligentes, donde a través del software BMS (Building Management System) se gestionan funciones como la iluminación, el control de ocupación, las alertas de evacuación en caso de emergencias y otros aspectos crÃticos. Esto contribuye no solo a la seguridad, sino también a la sostenibilidad y eficiencia energética de las ciudades.
Casos contrastantes en Colombia
El panorama actual en Colombia es complejo. Según cifras del Ministerio de Defensa y la PolicÃa Nacional, ciudades como Bogotá y Cali encabezan el listado de las más inseguras del paÃs, con altos Ãndices de homicidios y robos.
En los primeros nueve meses de 2024, Bogotá reportó más de 700 homicidios, lo que representó un incremento del 11,9 % respecto del año anterior. La tasa de homicidios en la capital alcanzó los 15 por cada 100.000 habitantes, según cifras de la SecretarÃa Distrital de Seguridad, superando ampliamente la meta establecida. La mayorÃa de las vÃctimas se encuentran en el rango de edad de 20 a 35 años, lo cual es alarmante para una ciudad que concentra gran parte de la población joven del paÃs.
Por el contrario, otras ciudades medianas han demostrado que la tecnologÃa puede ser una aliada eficaz. En Sincelejo, la implementación de un sistema de videovigilancia con 700 cámaras permitió una reducción del 65 % en la tasa de homicidios en 2024. El plan incluyó coordinación con la policÃa, el ejército y participación comunitaria, lo que demuestra que la tecnologÃa debe ser acompañada de voluntad polÃtica y acción social para ser verdaderamente efectiva.
Pereira, por su parte, destinó recursos a la adquisición de nuevas cámaras de reconocimiento facial y de placas. Estos esfuerzos locales comienzan a mostrar resultados positivos en la reducción de delitos como el microtráfico y los robos.
A pesar de estos avances, la cobertura de seguridad en Colombia enfrenta desafÃos significativos. Entre los principales problemas están el microtráfico de drogas, el fortalecimiento de bandas criminales organizadas, la presencia de grupos armados ilegales y, en general, una débil presencia institucional en muchas zonas urbanas. La falta de inversión en infraestructura y servicios públicos también contribuye a generar entornos propensos al delito.
Los expertos señalan tres pilares clave para enfrentar estos desafÃos: primero, el fortalecimiento de la presencia estatal, con más fuerza pública en zonas crÃticas; segundo, la inversión en infraestructura urbana, como iluminación y espacios públicos seguros; y en tercer lugar, el desarrollo socioeconómico, con generación de empleo, apoyo al emprendimiento y fomento del turismo.
TecnologÃa para mejorar la calidad de vida
Las nuevas tecnologÃas no solo mejoran la seguridad sino también la calidad de vida en general. Por ejemplo, el IoT permite que dispositivos en hogares, edificios y calles se comuniquen entre sÃ, recolecten datos y actúen automáticamente ante ciertas condiciones. Esto no solo optimiza el uso de recursos, como la energÃa o el agua, sino que también mejora la capacidad de respuesta ante emergencias.
En términos de movilidad y planificación urbana, herramientas como el GPS y las aplicaciones de tráfico en tiempo real —alimentadas de forma colaborativa por los propios usuarios, a través de tecnologÃas como blockchain— permiten una gestión más eficiente del tránsito, lo que reduce la congestión y el riesgo de accidentes.
Asimismo, la conectividad a través de fibra óptica, 4G o 5G (esta última aún en desarrollo en varias regiones del paÃs) facilita la transmisión rápida de datos, imágenes y alertas entre dispositivos y centros de monitoreo, lo que mejora la capacidad de reacción de la policÃa y otras entidades.
Las nuevas tecnologÃas también están conduciendo a la virtualidad, pues todas estas herramientas ayudan a los ciudadanos a trabajar de manera remota, incluso con tecnologÃas avanzadas se pueden simular eventos de presencialidad a través de herramientas de simulaciones virtuales 3D.
Esto puede ayudar a mejorar la movilidad de las ciudades donde asistir a la oficina de trabajo todos los dÃas o adelantar estudios académicos de manera presencial quedó en el pasado gracias a las evoluciones mencionadas.
Un futuro en construcción
Colombia aún tiene un largo camino por recorrer para convertirse en una red de ciudades inteligentes verdaderamente seguras. Sin embargo, los avances en ciudades como Sincelejo, Pereira o Manizales muestran que el potencial es real cuando la tecnologÃa se implementa de forma estratégica y con apoyo interinstitucional.
La construcción de ciudades inteligentes no debe verse como una solución mágica, sino como una herramienta dentro de un enfoque integral de desarrollo urbano y humano. Las inversiones tecnológicas, si bien necesarias, deben acompañarse de polÃticas públicas inclusivas, educación ciudadana, oportunidades económicas y una institucionalidad fuerte que garantice su sostenibilidad.
Porque al final, más allá de las cámaras, sensores o algoritmos, la seguridad ciudadana también se construye con confianza, equidad y corresponsabilidad. Y en eso, tanto la tecnologÃa como la comunidad tienen un papel que desempeñar.
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