
Builder.ai, la startup británica que prometía revolucionar el desarrollo de aplicaciones sin necesidad de programar, se encuentra en serios problemas. Aunque logró una valorización de unicornio tras recaudar más de $450 millones de dólares en inversión, con apoyo financiero de grandes empresas como Insight Partners, Qatar Investment Authority, Jungle Ventures e incluso Microsoft, su modelo de negocio y cultura empresarial están siendo duramente cuestionados.
Builder.ai fue fundada en 2016 por Sachin Dev Duggal, se presentó como una plataforma no-code impulsada por Inteligencia Artificial. Sin embargo, reportes recientes revelaron que detrás del supuesto poder de la IA, había en realidad un ejército de más de 700 programadores en India que hacían el trabajo manual que la plataforma vendía como automatizado. Así lo confirmó una investigación publicada por Sifted y Business Insider en 2024, donde varios exempleados filtraron detalles sobre la operación interna de Builder.ai.
La situación se agravó con una oleada de despidos que afectó a una parte significativa de esos desarrolladores indios. Los recortes, justificados como una “reestructuración estratégica”, dejaron entrever una dependencia humana encubierta en un modelo que pretendía ser automatizado. Muchos denunciaron largas jornadas laborales, presión desmedida para cumplir entregas y una cultura corporativa tóxica.
Además, clientes han comenzado a reportar fallos en la entrega de productos y retrasos notables, lo que pone en entredicho la viabilidad técnica del sistema de Builder.ai. Para muchos expertos del sector, este caso es un ejemplo más de cómo algunas startups sobreprometen bajo la etiqueta de la inteligencia artificial, mientras se apoyan en trabajo intensivo humano sin transparencia.
La moda de la Inteligencia Artificial ha tomado giros inesperados, y esperemos que el afán de las empresas tech, no les nuble la razón hasta los niveles alcanzados por Builder.ai