Tras los ataques contra páginas web del Gobierno de los Estados Unidos, el grupo pro-ruso Killnet ha interrumpido este lunes las páginas web de varios aeropuertos estadounidenses en una serie de ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS).
También ha hecho un llamamiento a grupos e individuos afines para que lleven a cabo ataques DDoS contra otros objetivos de infraestructuras estadounidenses, en lo que parece ser una escalada de una reciente campaña de protesta por el apoyo del Gobierno de Estados Unidos a Ucrania en su guerra con Rusia.
“En este momento, vemos que Killnet está involucrando activamente a sus seguidores para que continúen con los ataques a los aeropuertos estadounidenses. En una ocasión, incluso citaron un artículo reciente de la CNN. Las dos capturas de pantalla fueron tomadas en la última hora de las comunicaciones de Killnet. En general, no me sorprende la reciente racha de ciberataques de este grupo en las últimas 24 horas. Estaba claro que era sólo cuestión de tiempo que el enfoque de Killnet cambiara hacia los Estados Unidos. Aunque no utilizó técnicas sofisticadas, sus ataques DDoS de la semana pasada contra el gobierno y los sectores del transporte de EE.UU. tuvieron bastante éxito. No debería sorprendernos si vemos más ataques de Killnet esta semana” destaca Sergey Shykevich, director del Grupo de Inteligencia de Amenazas de Check Point Software.
Las webs de los aeropuertos que se han visto perjudicadas por estos ataques han sido el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX), el Chicago O’Hare, el Aeropuerto Internacional de Atlanta Hartsfield-Jackson y el Aeropuerto Internacional de Indianápolis. Aunque los ataques DDoS hicieron que algunos de estos fueran inaccesibles durante varias horas, no parecen haber tenido ningún impacto en las operaciones del aeropuerto.
“Killnet tiene un punto clave para los objetivos que le gusta perseguir. Les gusta centrarse en las páginas web más destacadas de la Administración Federal, pero en concreto en aquellas en las que no se puede ignorar un tiempo de inactividad significativo, pero que por otro lado no están suficientemente protegidas”, concluye Shykevich.