La «cultura del ajetreo» o “estilo busyness” se centra en la idea de trabajar muchas horas, sacrificando el cuidado personal con el fin de tener éxito. De acuerdo con HubSpot, el 62% de los colombianos que trabajan, consideran que sienten algún nivel de agotamiento físico, mientras que un 56%, manifiesta tener agotamiento mental o emocional. No obstante, este concepto está más arraigado a las generaciones jóvenes ya que son los que más se encuentran en una búsqueda constante de productividad y aprobación, dejando a un lado la importancia de los efectos secundarios que esta cultura tiene en su salud mental.
¿Cuáles son las señales para reconocer “la cultura del ajetreo”?
El bienestar laboral de las compañías, influye en la satisfacción, el compromiso y productividad de los empleados, sin embargo, esta tendencia puede afectar el bienestar físico y emocional de una forma significativa.
Por lo anterior, Adecco, líder mundial en recursos humanos, menciona seis factores que pueden ayudar a identificar una cultura del ajetreo dentro de una organización:
- Los empleados son elogiados o recompensados por trabajar muchas horas.
- Las personas envían correos electrónicos y mensajes por chats corporativos fuera de horario laboral, incluidos los fines de semana.
- Los actos de “ponerse la camiseta” son comunes, como alardear de no dormir lo suficiente, saltarse las comidas para trabajar y otros hábitos poco saludables.
- Los colaboradores se enorgullecen de no usar los días de PTO -Personal Time Off– (o se anima a los trabajadores a no tomarlos, incluso si existe un tiempo libre remunerado ilimitado).
- Parece que el trabajo es lo más importante para todos y tener una vida personal no es normal.
- Cuando alguien pide ayuda, se da como respuesta que “encuentre una solución creativa”, en lugar de recibir recursos y apoyo adicionales.
Por lo anterior, esta tendencia termina viéndose sofisticada dentro del personal, pero con el pasar de los días, puede empezar una presión inmensa entre los involucrados, en donde muchos de estos ven que si trabajan más, pueden solucionar las cargas generadas, ocasionando un estrés mayor, afectando la salud mental y finalmente produciendo “burn out”.
No obstante, Adecco, identificó las principales cuatro formas en que la cultura del ajetreo afecta la salud mental de los trabajadores:
- Culpa: Desde que la pandemia cambió el mundo, la virtualidad se volvió la mejor aliada de las personas y las compañías para las que laboran, sin embargo, se ha logrado evidenciar que quienes trabajan desde casa, sienten más compromiso por ser excepcionalmente productivos.
- Ansiedad: Con el fin de obtener grandes resultados y mantenerse siempre exitoso, la presión de rendir en el trabajo puede terminar siendo abrumadora y aún más, cuando líderes o jefes añaden al discurso laboral las famosas frases de “tienes que rendir más”. Sin sumarle a ello, los problemas personales y/o el poco descanso.
- Positividad tóxica: El ritmo constante de trabajo en esta cultura, lleva a una actitud de positividad que no es normal. Las diferentes actividades diarias hacen que parezca que no hay tiempo para emociones negativas. Sin embargo, es importante expresar esas emociones, ya que es vital para la salud mental. Aunque pueda sentirse la presión de aparentar que todo está bien, es esencial tomarse un momento para reconocer y procesar los sentimientos negativos, aún más cuando se habla de trabajo.
- Apatía: Reprimir sentimientos, tener largas jornadas laborales y la falta de tiempo libre, termina agotando a los empleados, llevándolos a dejar de preocuparse por sí mismos. Esta característica, se manifiesta como incapacidad para enfocarse, pérdida de interés por las cosas que alguna vez se disfrutó del trabajo y sensación de entumecimiento.
Para finalizar, este tipo de cultura no solo termina afectando la salud mental, sino también la salud física, ya que el estrés puede llevar a una persona a presentar dolencias como hipertensión, insomnio, fatiga, dolores de pecho y de cabeza, por lo que las compañías y los mismos trabajadores están en la responsabilidad de poner límites dentro de los roles laborales, generando organizaciones y empleos sostenibles con un bienestar laboral saludable.