La tecnología ha generado un proceso democratizador en varios ámbitos, como el de las comunicaciones o el entretenimiento. En Colombia, en el sector financiero, han sido las fintech las que han tomado la batuta para llevar más y mejores servicios a personas que estaban fuera del ecosistema financiero.
El crédito como vehículo económico no ha estado siempre a disposición de toda la población. Por ese motivo, redes ilegales de préstamos, como el gota a gota, toman esos sectores. Sin embargo, fintech de crédito como RapiCredit, que tiene más de ocho años de operación, han logrado arrebatarles una porción a los circuitos ilegales de crédito.
La compañía, que desde el 2013 mantiene un crecimiento anual de dos dígitos, se ha convertido en una opción real para que los colombianos obtengan créditos de manera fácil, rápida y segura. De hecho, RapiCredit ha permitido que más de 255.000 personas creen un historial crediticio legal que les abre puertas a más oportunidades financieras. Además, fue seleccionado por un grupo económico japonés para fondear la operación de créditos.
“El acceso al crédito es una preocupación real del mundo, porque mejora las oportunidades de las personas a través de la financiación. Afortunadamente, en RapiCredit hemos usado la tecnología como punto de partida para hacer que nuestra operación pueda llegar a más personas que antes no estaban incluidas financieramente. Hoy, tenemos una tasa de recurrencia creciente, que muestra que nuestros clientes se sienten satisfechos”, aseguró Daniel Materón, CEO de RapiCredit.
De la misma manera, la fintech de lending ha incursionado en la creación de un ecosistema digital que lleve mejores productos y facilidades financieras a sus usuarios. Ha cerrado alianzas con pasarelas como Su Suerte y SuperGiros para ser una opción de pago de servicios públicos.
El papel de las fintech a la hora de flexibilizar el acceso al crédito no es menor. De acuerdo con los resultados de la Encuesta trimestral sobre la situación del crédito en Colombia, del Banco de la República (BanRep), con corte a junio de 2022, se observa un cambio en las perspectivas de crédito: una lenta estabilización en la demanda, especialmente de consumo, al tiempo de una menor oferta y mayores exigencias para otorgar nuevos créditos.
Esto se suma a los recientes llamados que hizo el presidente Gustavo Petro en la última convención de Asobancaria en los cuales pedía al sector mejorar los productos de crédito para las personas, sobre todo las de menores ingresos y que se ven afectadas por la brecha urbano rural y de género.
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