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Senos pequeños, horarios estrictos y otros mitos sobre la lactancia que debes olvidar

🕒 Lectura estimada: 4 min


La lactancia materna es muy importante para el desarrollo de los bebés, previene infecciones gastrointestinales y respiratorias. Unicef afirma que los beneficios de este alimento son tan importantes que incluso reducen el riesgo de contraer el COVID-19. En Colombia, el Ministerio de Salud comparte cifras que indican que, de 100 mujeres, solamente 56 inician su lactancia en la primera hora del bebé recién nacido.

La leche materna proporciona todo lo necesario para que el bebé crezca sano, protege contra enfermedades y es fácilmente digerible. A pesar de las ventajas que representa la lactancia materna, existen varios mitos alrededor que pueden generar desinformación. Ante esta situación, Jenny Carolina Bernal de la EPS Famisanar destaca cuáles son los mitos que se deben derribar para que las mamás no caigan en ellos

  1. “Tengo senos pequeños, no voy a producir suficiente leche”: Falso. La producción de leche depende del tejido mamario interno y de la estimulación hormonal que se da con la succión del bebé, no del tamaño del seno.
  2. “La lactancia materna duele”: Aunque puede haber molestias iniciales, un buen agarre y una técnica adecuada disminuyen las molestias. Si el dolor persiste, es fundamental consultar al personal de salud.
  3. “Si mi mamá no pudo amamantar, yo tampoco podré”: La capacidad de lactar no es hereditaria. Cada experiencia es única y puede mejorar con acompañamiento profesional, buena técnica y práctica.
  4. “No puedo quedar embarazada mientras doy pecho”: Otro mito. La lactancia no es un método anticonceptivo confiable. Se recomienda recibir asesoría en planificación desde el control prenatal y antes del egreso hospitalario posterior a la atención del parto o cesárea.
  5. “Debo comer más o tomar más líquidos para producir leche”: Lo que realmente importa es mantener una dieta balanceada. El cuerpo se adapta y produce lo necesario si se alimenta al bebé con frecuencia.
  6. “Si doy pecho sin horarios, mal acostumbro a mi bebé”: Al contrario. La lactancia a libre demanda fortalece el vínculo madre-hijo, estimula la producción de leche, brinda seguridad y afecto.

Por otra parte, los expertos de la EPS Famisanar aseguran que: “existe la creencia errónea de que la leche materna pierde valor nutricional después de los seis meses. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la leche sigue siendo una fuente importante de energía, nutrientes y defensas incluso hasta el segundo año de vida. Lo que ocurre es que a partir de los seis meses se debe complementar con alimentos sólidos de forma progresiva, no sustituirla”.

Además, a las nuevas mamás se les invita a asesorarse sobre la lactancia materna para que conozcan cómo llevar adecuadamente el proceso con el propósito de validar cómo agarrar el seno adecuadamente y qué posiciones existen para amamantar, entre otros aspectos. Esta información la pueden consultar directamente en su EPS o con su médico tratante. 

Asimismo, hay que mantener la calma y pedir ayuda ya que es una experiencia nueva que puede generar incomodidad al pensar que no se está alimentando al bebé. Del mismo modo, hay que asistir al médico ante signos de alarma tanto en la madre (dolor intenso, fiebre, grietas en pezones, endurecimiento, calor y enrojecimiento) como en el bebé (pérdida de peso, rechazo del seno, somnolencia prolongada).

En conclusión, la lactancia materna no solo es un acto de nutrición, sino también de amor, conexión y protección. Combatir los mitos con información clara y acompañamiento profesional es clave para que más mujeres vivan esta experiencia de forma positiva y segura.

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Ana Guerrero

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